Borra todo. Eso incluye los números telefónicos, los registros de conversaciones y los correos electrónicos. Quizás podría dolerte, pero no podrás leerlos o hacer llamadas si no tienes acceso a esas cosas.
Deshazte de todos los poemas, la música, las fotos, etc. Tira a la basura todos los objetos especiales que te recuerden a esta persona. Elimina todas las cosas que te recuerden el amor que sentiste.
Quita todos los objetos que te recuerden al amor que sentiste. Esto incluye regalos, ropa y joyas. Dónalos a la caridad.
Ten en cuenta que sentirás las ganas de sumergirte en la autocompasión pero también debes dejarlo pasar. Una ruptura amorosa es difícil, incluso si eres tú quien dejó a la otra persona. Lo que importa es que te des cuenta de que la vida debe continuar. Comienza algo nuevo, incluso si no puedes sacarla de tu mente, al menos estarás más feliz con la experiencia.
Deséale lo bueno a tu antiguo amor. A pesar de todo lo ocurrido, debes perdonar sinceramente. De ser posible, acércate a esa persona y dile que has sentido mucho dolor, pero que la perdonas por todo lo que hizo.
Mentalízate o utiliza la lógica para vencer la depresión. Si tu antiguo amor era problemático, superarlo debería ser más sencillo. Solo concéntrate en los aspectos negativos y siéntete feliz por haberte librado de una relación tóxica. Si, por el contrario, era muy amable, entonces será más difícil olvidarte de esa persona, pero una vez más, siéntete feliz por haber tenido la oportunidad de conocer a alguien así.
Mantén la fe. Es fácil enojarse, pero recuerda que hacerlo no te hará feliz.
Aprende algo de tu relación anterior. Recuerda que siempre hay amor para dar y hay tanto que podamos hacer para enriquecer nuestras vidas. Aprende tus lecciones y acoge la luz.
Haz una lista de las cosas que siempre quisiste hacer y nunca pudiste. Probablemente quisiste hacer muchas cosas pero nunca tuviste la oportunidad porque tu relación te quitaba mucho tiempo. Una vez que termines la lista, verás lo mucho que la vida tiene para ti.
No te quedes en casa. No necesitas dinero para caminar por la calle, mirar el cielo, disfrutar de un libro o para otros placeres simples que la vida te ofrece.